
Estos dos dignos ciudadanos son ex-estudiantes de la prestigiosa Universidad, en mayúsculas, de Yale. Aúnque no coincidieron en curso, si coincidieron en las fechas y lugar de destino de su beca erasmus. Allí se conocieron y empezaron una maravillosa relación que les hizo dejar sus estudios y dormir en el salón. Ahora conviven, y a pesar del olor a frito que desprende uno de los dos, no diré cual por miedo a represalias, son felices.
Cambian las sábanas cada dia.