sábado, 10 de enero de 2009

El amor no es para siempre



Es mi deber pedir perdón por el retraso a las miles de personas que han contactado conmigo vía mail para pedirme que siguiera con la saga de "The little Croqui", y lo pido, pero debéis saber que un humanista como yo, tan ligado a la aristocracia, a veces no puede dedicar todo el tiempo que desearía a crear arte, y es por eso que he tenido un largo periodo de inactividad.
Los acontecimientos electorales de EEUU con la victoria de Obama, la muerte de Paul Newman y del hijo de John Travolta, la fantástica navidad con la familia real, la pascua militar, la entrega del Nobel de literatura a mi buen amigo Jean-Marie Gustave Le Cléizo, etc., todo ello me ha mantenido apartado de las musas del arte, pero ahora he vuelto, y espero poder dedicarme a crear con el tiempo que me dará haber fingido mi muerte.
Un saludo y disfruten del capítulo.

Pompilio Filardi

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mis congratulaciones por su vuelta al redil... valió la pena la tensa espera.

Manifestaciones en Grecia; agravamiento del conflicto palestino/israelí; auge de la extremaderecha en Europa... todo ocasionado por la falta de noticias sobre usted.

Pero ahora reinará la paz y la harmonía al comprobar que su ausencia no era debida a la veleidad.

Respecto a tan magna obra:

Olvidé lo que era amar y al protocolo tcp/ip me abandoné airoso para encontrar en la procelosas praderas binarias a una dama triste.

Te amo, Muslito de Mar. Creo que podré sobreponerme a mi animadversión a las comidas acuáticas.

Siga así, señor Pompilio.

Pompilio Filardi dijo...

Es halagador para mi recibir bellos elogios de un pensador como usted, su majestad Trepilator, sé que hemos coincidido en afrancesados vernissages estas navidades, y las cálidas conversaciones han sido muy animosas por su parte. Quizás parezí distante, pero ya sabe usted que la caida del mercado inmobiliario, la bajada del crudo o la politoxicomanía de Amy Winehouse me tenian muy preocupado.
Ahora, ya más tranquilo, frente al fuego de mi hogar, he dejado atras mis oscuras obsesiones y cual pintor rococó me dedicaré a la picaresca y a la banalidad.
Reciba un cordial saludo y déjeme agradecerle haberme permitido beber de las fuentes de la sabiduría de su majestuosa biblioteca.

Firmado

Pompilio Filardi